La mayoría los cree solamente es una leyenda urbana, pero desde hace ya muchos años hay denuncias ante la policía y registros de ataques efectuados por como les suelen decir los niños de ojos negros.
En los años 90 un hombre fue uno de tantos de revelarlo, el hombre ya maduro y de profesión periodista. Sale a las 11 de la noche de su oficina después de un largo día se dispone a ir a casa a descansar, el edificio en donde trabaja es enorme al igual que su estacionamiento, su automóvil ya sía solo en el tremendo espacio abierto, el poste de luz curiosamente alumbra su pequeño carro, apresura el paso pues el frió calaba hasta los huesos se aproxima, saca de su enorme abrigo las llaves, abre la puerta, entra y se queda un momento revisando y organizando algunos papeles.
De la nada se oyen en la ventana de la puerta del conductor unos golpes que casi le provocan un infarto al pobre hombre y se percata de que son dos niños no mayores de 13 años con capuchas que no dejaban ver completamente su rostro, le parecía normal que las llevara pues el frió era insoportable y uno de ellos le dirige la palabra diciendo -disculpe la molestia señor, muy buenas noches mi amigo y yo acabamos de salir del cine y estamos preocupados por que ya no pasa ningún autobús y no tenemos como regresar a casa, agradecíamos que tuviera la amabilidad de abrir la puerta y que nos deje en nuestros hogares-.
El hombre con una cara de extrañeza y con el ceño fruncido por que algo le llama mucho la atención , el vocabulario que emplea, es muy difícil que un niño la utilice, tenia un gran dominio de la lengua, mientras el compañero no decía absolutamente nada. La poca luz reflejaba medio rostro pálido y con pecas, miraba de lado a lado como si vigilara que nadie mas viniera, como si algo malo el y su amigo estuvieran a punto de hacer.
Por esta primera imprecion el hombre se quedo pasmado y para nada trato de abrirles la puerta, el chico entonces vuelve a tomar la palabra con una gran sonrisa como si fuera inevitable que tarde o temprano el hombre tendría que abrir la puerta del carro como si incluso estuviera haciendo un acto de arrogancia ante su amigo con sus poderes de convencimiento.
-Señor no quiero que papa y mama me castiguen , le suplico por favor nos deje entrar en el carro-. Pero el hombre piensa que puede decir para salirse del problema pero algo muy raro empieza a suceder un terremoto privado empieza, el carro se mueve de un lado al otro con gran brusquedad se oye las laminas crujir y de repente el parabrisas estalla y un gran trozo se entierra en su garganta aparatosamente siente un inmenso dolor y la sangre brota como una pequeña cascada el no lo soporta mas y de repente despierta como de un trance y ve que no ha pasado nada, todo sigue igual. Sudoroso y tembloroso ve que todavía siguen los niños afuera y la sonrisa del niño dolía al verla y vuelve a pregunta- por favor señor abra la puerta- a lo que el responde claro sin dar una negativa - no se preocupen esperen el autobús tiene que pasar, por que yo por el momento estoy apurado y no puedo dejarlos-La gran sonrisa del niño desaparece y se pone furioso y de nuevo el hombre siente el terremoto y ve como las ventanas del auto se empiezan a teñir de rojo por el liquido que escurre de ellas y se llena rápidamente el carro por dentro de lo que al parecer es sangre, el hombre tendría que abrir la puerta para salvarse pero no lo hace el liquido llena el carro totalmente, cubre su cabeza , tiene que aguantar la respiración y se empieza a entrar el espeso liquido por su nariz y boca y entra a sus pulmones a tal grado que casi los siente estallar, abre sus ojos y ya no aguanta mas el miedo. El niño otra ves insiste - señor por favor no quiero llegar a la media noche y tengo miedo de estar aquí ábranos la puerta- el hombre de nuevo da una negativa - perdóname no lo puedo hacer- sus manos temblaban no sabia que pensar sobre las cosas raras que sucedían. y el chico insiste - Por favor déjenos entrar no le vamos hacer daño, no lo podemos hacer si no nos da permiso-
Ante la negativa lo niños que se enfurecieron y se acercaron mucho mas al carro dejando a la vista total su rostro, el hombre se dio cuenta de algo los ojos de los niños se veían fuera de lo común pues el globo ocular era totalmente negro, sin pupila , sin iris y empezaron hacer un sonido insoportable, un chillido muy alto a tal grado que tuvo la necesidad de taparse los oídos El hombre miro a los lados y vio como desde la oscuridad se movían sobras que se acercaban , la poca luz que alumbraba hacia distinguir que eran también niños que caminaban hacia el, el hombre no lo soporto mas y arranco el carro y salio de ahí.
Fueron tantos los avistamientos y personas desapericidas que hasta en Francia hubo una campaña para que nadie dejara entrar a niños tanto en casas como en autos bajo ninguna circunstancia, por mas tiernos y necesitados que los vieran.
Mejor piensa dos veces antes de dejar entrar a un niño desolado, por que podrías ser la cena de ellos, solo revisa que sus ojos no seas totalmente negros.
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